Entendiendo La Ley de Atracción
Los iguales se atraen
La Ley de Atracción dice: todo objeto atrae aquello que se asemeja a sí mismo, y no sólo es la Ley más poderosa del Universo, sino que es necesario entenderla para que puedas usarla a tu favor. Tienes que comprenderla para que tenga sentido cualquier cosa que experimentes, o que veas que experimentan los demás. Todo lo que están viviendo tú y las personas a tu alrededor está siendo afectado por la Ley de Atracción.
Tener consciencia de la Ley de Atracción y comprender cómo funciona, es esencial para vivir una vida con propósito. De hecho, es esencial para vivir la vida gozosa que viniste a vivir.
Empieza a recordar
Cuando empieces a comprender -o para ser más exactos, a recordar- esta poderosa Ley de Atracción, las pruebas serán evidentes, porque comenzarás a reconocer la correlación exacta entre lo que has estado pensando y lo que se ha manifestado en tu vida: Nada aparece porque sí en tu experiencia. Lo atraes todo. Sin excepción.
Tienes más poder del que imaginas
Puesto que esta Ley responde a tus pensamientos, es correcto decir que tú creas tu propia realidad. Todo lo que experimentas lo atraes gracias a que la Ley de Atracción responde a los pensamientos que has estado proyectando.
Tanto si recuerdas algo del pasado como si observas algo en el presente o imaginas el futuro, el pensamiento en que te enfocas en tu poderoso presente activa una vibración en tu interior y la Ley de la Atracción responde de inmediato a tal vibración.
Con frecuencia, cuando las personas se encuentran en (o recuerdan) situaciones indeseadas, están seguras de no haberlas creado. “¡Nunca me habría hecho esto a mí mismo!”, exclaman. Y aunque ciertamente no lo has atraído deliberadamente a tu experiencia, lo cierto es que sólo tú pudiste haberlo provocado, pues nadie más tiene el poder para atraer lo que llega a tu vida. Al enfocarte en esa cosa no deseada, o en su esencia, la has creado por defecto.
El desconocimiento de la ley no te exime de sus efectos
Al no entender las Leyes del Universo, o las reglas del juego, por así decirlo, has invitado cosas indeseadas a tu experiencia porque les has prestado atención.
Estas Leyes te afectan aunque no entiendas su funcionamiento o las desconozcas por completo. Y aunque nunca hayas oído hablar de la Ley de Atracción, su poderoso efecto es evidente en todos los aspectos de tu experiencia de vida.
Tu Poder Magnético
Para entender mejor la Ley de Atracción, considérate como un imán que atrae hacia sí la esencia de lo que está pensando y sintiendo. Si te sientes gordo, no puedes atraer la delgadez. Si te sientes pobre, no puedes atraer la prosperidad, y así sucesivamente. Eso desafía la Ley.
Pensar en algo es invitarlo
Cuanto más entiendes el poder de la Ley de Atracción, más interés tienes en dirigir deliberadamente tus pensamientos, pues obtienes aquello en lo que piensas, tanto si lo deseas como si no.
Aquello en lo que piensas es lo que empiezas a invitar a tu experiencia, sin excepción. Cuando piensas un poco en lo que quieres, a través de la Ley de Atracción, ese pensamiento se hace cada vez mayor y cobra más fuerza. Cuando piensas en algo que no quieres, esa misma Ley lo atrae hacia ti, y también se amplifica. Cuanto más se amplía ese pensamiento, más fuerza de atracción adquiere, y por lo tanto, más seguridad hay de que recibas esa experiencia.
Cuando ves algo que te gustaría experimentar y dices: “Sí, me gustaría tener eso”, gracias a la atención que le prestas lo invitas a tu experiencia. Pero cuando ves algo que no quieres experimentar y gritas: “No, no, ¡no quiero eso!”, también lo estás invitando a entrar en tu experiencia debido a la atención que le estás prestando.
Vives en un Universo de Inclusión
En este Universo basado en la atracción, no existe la exclusión. La atención que prestas a algo hace que lo incluyas en tu vibración, y si lo mantienes en tu atención o conciencia durante el tiempo suficiente, la Ley de Atracción lo traerá a tu experiencia, puesto que el “No” no existe en un Universo que se basa en la atracción. Tu atención le está diciendo al Universo: “¡Sí, tráeme esto que no quiero!”
Afortunadamente, aquí, en tu realidad física de tiempo-espacio, las cosas no se manifiestan al instante. Hay un maravilloso tiempo intermedio entre que empiezas a pensar en algo y el momento en que se manifiesta. Ese tiempo intermedio te ofrece la oportunidad de redirigir tu atención en la dirección en que realmente quieres que se manifiesten las cosas en tu experiencia.
Cuanto más reflexiones sobre lo que estás leyendo y empieces a observar la correlación entre lo que estás pensando, lo que estás sintiendo y lo que obtienes, más entenderás la poderosa Ley de Atracción. Y cuando dirijas deliberadamente tus pensamientos y te enfoques en las cosas que quieres atraer a tu experiencia, empezarás a recibir la experiencia de vida que deseas en todos los aspectos.
Con extractos del libro “La Ley de Atracción” de Abraham Hicks